¡Eh, tú! ¿Sabes qué me ha pasado? Pues que te he echado muchísimo de menos mientras he estado por ahí fuera. He pasado mucho frío y nadie me ha dejado su sudadera, ni nadie me ha abrazado de esa manera tan tuya para que se me pase esa fase de congelamiento. Me he caído, cómo no... y se han descojonado de mí como tú haces pero sin tu inconfundible risa, y encima luego ni me han calmado ni me han aliviado el dolor como tú haces. No sé, me sentía a disgusto, no me sentía... ¿como en casa? Sí, no me sentía como en casa es la palabra.
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