A veces nos obsesionamos con cosas que nos encantan. Queremos conseguirlas, y hacemos cualquier cosa para hacerlo; sacamos lo mejor de nosotros mismos, hacemos mil tonterías, mil chorradas, cosas sin sentido, todo esto para conseguir nuestro propósito. Y un día, zas, lo consigues. Y ahora, ¿qué?
A veces nos olvidamos de que no consiste en conseguirlo, sino en conservarlo. Porque fácil viene, fácil se va.
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